Tratamiento de la epicondilitis sin infiltraciones: alternativas efectivas
Cuando el dolor en el codo se hace persistente, muchas personas acaban en la consulta médica con una propuesta clara: infiltraciones. Corticoides, anestésicos o incluso tratamientos más agresivos son utilizados como si fueran soluciones definitivas. Pero, ¿realmente lo son?
En la mayoría de los casos, el alivio es temporal, y tarde o temprano, el dolor vuelve… incluso con más intensidad. Por eso es fundamental preguntarse: ¿existen tratamientos eficaces para la epicondilitis que no dependan de infiltraciones? ¿Podemos abordar esta dolencia de una forma más profunda, duradera y sin efectos secundarios?
Desde la fisioterapia integrativa y en el marco del Fiit Concept, la respuesta es sí. En este artículo te explicamos cómo.
¿Por qué se recomienda con tanta frecuencia la infiltración para la epicondilitis?
La medicina convencional tiende a ver la epicondilitis como una inflamación localizada. Como tal, se trata de “apagar el fuego” con antiinflamatorios o corticoides. Las infiltraciones actúan bloqueando la señal de dolor y reduciendo de forma rápida los síntomas.
Sin embargo, el verdadero problema es que no actúan sobre la causa. Y por eso, en muchos casos, al cabo de unas semanas o meses, el dolor reaparece.
¿Qué riesgos conlleva este tipo de tratamiento?
Aunque pueda parecer una solución eficaz, las infiltraciones pueden tener consecuencias importantes:
- Debilitamiento del tendón, aumentando el riesgo de rotura.
- Alteración del tejido local, provocando atrofia.
- Dependencia del tratamiento, sin solución real.
- Pérdida de tiempo mientras no se resuelve el origen.
Por eso, cada vez más personas buscan opciones que respeten el equilibrio natural del cuerpo y ofrezcan resultados sostenibles en el tiempo.
¿Qué alternativas existen a las infiltraciones?
Un enfoque verdaderamente efectivo para la epicondilitis debe contemplar al ser humano como un todo. En Fiit Concept consideramos seis pilares esenciales:
1. ¿Has comprendido realmente el origen de tu dolor?
Antes de tratar cualquier dolencia, es fundamental comprender por qué ha aparecido. El dolor en el codo no es casual. En muchos casos es la consecuencia de una sobrecarga emocional, de un estilo de vida poco coherente con lo que necesitas, o de una disfunción visceral que repercute en el sistema musculoesquelético.
En el caso de la epicondilitis, encontramos una relación directa con la vesícula biliar, órgano muy sensible al estrés, la frustración y la rabia contenida.
2. ¿Sabías que el estrés agrava la epicondilitis?
El estrés crónico modifica la forma en que funciona tu sistema nervioso. Cambia el tono muscular, altera tu postura, modifica la función de tus órganos y reduce tu capacidad de regeneración. Y por si fuera poco, bloquea la gestión emocional, haciendo que vivas en un estado de tensión permanente.
La epicondilitis, en este contexto, no es más que una consecuencia. Por eso, gestionar el estrés de fondo es clave para aliviar el dolor de manera definitiva.
3. ¿Tu alimentación puede estar alimentando el problema?
Sí. Aunque parezca que no tiene relación, lo que comes afecta directamente a tu estado inflamatorio general y al funcionamiento de tus órganos digestivos.
En personas con epicondilitis, recomendamos revisar ciertos hábitos alimentarios, como:
- Reducción de alimentos ultraprocesados.
- Evitar excitantes como el café y el alcohol.
- Identificación de intolerancias digestivas ocultas.
- Incremento de alimentos naturales y vegetales.
La mejora del estado del hígado y la vesícula biliar, responsables de una correcta gestión emocional y muscular, es esencial.
4. ¿Existen plantas medicinales que ayudan a resolver este dolor?
Sí, y con muy buenos resultados. A diferencia de los fármacos, las plantas medicinales no bloquean el síntoma, sino que ayudan a recuperar el equilibrio interno que lo ha provocado.
Entre las más utilizadas en el abordaje de la epicondilitis, según el enfoque Fiit Concept, se encuentran:
- Fumaria: gran acción sobre la vesícula biliar.
- Diente de león: ayuda al hígado en procesos de depuración.
- Espino blanco: calmante suave del sistema nervioso.
- Pasiflora: favorece la relajación profunda sin sedación.
La clave está en elegir la combinación adecuada en función del tipo de estrés, síntomas asociados y perfil emocional de cada persona.
5. ¿Qué ejercicios son los más adecuados para aliviar el codo de tenista?
Un error frecuente es forzar el brazo o realizar estiramientos inadecuados. La mejor opción es aplicar ejercicios terapéuticos suaves, progresivos y centrados en:
- Recuperar la elasticidad del antebrazo.
- Mejorar la vascularización sin generar carga.
- Favorecer el drenaje de la zona.
- Estimular la propiocepción y el control motor.
Combinado con técnicas de automasaje y liberación miofascial, se convierte en un tratamiento completo, accesible y sin efectos secundarios.
6. ¿Es posible tratarse en casa sin depender de profesionales?
Afortunadamente, sí. Hoy día existen programas online completos que enseñan a la persona a entender su dolencia, aplicar los cambios necesarios y acompañar su proceso de recuperación sin necesidad de acudir a consulta presencial.
Esto permite mayor autonomía, menor coste y la posibilidad de trabajar de forma constante sobre el origen del problema, sin quedarse únicamente en el alivio del síntoma.
Un tratamiento sin infiltraciones es posible… y más efectivo
La epicondilitis no tiene por qué ser una dolencia crónica, ni mucho menos debe condicionar tu vida. Pero para resolverla de forma real, es necesario mirar más allá del codo.
Si has probado tratamientos y no funcionan, si estás cansado de soluciones parciales, es el momento de plantearte un cambio de enfoque.
En Fiit Concept hemos desarrollado un programa para tratar la epicondilitis desde su causa real, sin depender de infiltraciones ni fármacos.
Este programa te guía paso a paso para:
- Entender tu dolencia.
- Identificar y resolver su origen emocional.
- Cuidar tu alimentación.
- Usar plantas medicinales específicas.
- Aplicar ejercicios y técnicas efectivas en casa.
Puedes acceder directamente al programa para el tratamiento de la epicondilitis haciendo clic aquí